Mcluhan habla de cómo el vestido es una extensión de la piel, de que la vivienda también es una extensión de nuestro organismo y nuestro cuerpo, de que la rueda es una extensión de nuestro pie, la moneda del valor y así muchos ejemplos. Entonces, llevándolo a nuestro contexto y con todas las creaciones que pueden ser extensiones de nosotros, encontramos inclusive extensiones de nuestra personalidad y nuestra persona, Facebook es una de ellas.
En esta red social, podemos incluir numerosas aplicaciones que están moldeadas a nuestros gustos y preferencias, desde publicidades, series, tests hasta las mismas fotos que está al inicio de nuestro perfil. Todo ello lo vamos sumando a una mezcla de lo que somos en persona, solo que en una página de internet.
Ya no necesito conocer a alguien en persona, ni que me hablen de él o ella para saber cómo es, lo único que necesito es acceso a su cuenta de facebook y me puedo enterar de que le gusta, que ve, que tan seguido revisa su perfil, que tanto sale, con quien sale, a donde sale y así como estas muchas cosas más. No solo eso, con él también podemos comunicarnos y enviarnos mensajes aun sin la necesidad de conocernos ni hablarnos y menos aun tener contacto físico. Ello nos demuestra como una esta página web es realmente un yo virtualizado que prácticamente socializa como yo y esta personalizado a mi manera.
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